Coaching y osteopatía son dos disciplinas que se encuentran más interrelacionadas de lo que puedas creer. Ambas coinciden en aportar conocimientos y técnicas para ayudar a una persona a sentirse mejor. Sin embargo, cada una de ellas aborda, en principio, facetas distintas del ser.
En este texto, te vamos a explicar cómo estas facetas pueden unirse para lograr un mayor bienestar. Son dos métodos que consideramos complementarios. Y, de hecho, empiezan a surgir proyectos que demuestran cómo se puede poner en práctica esta provechosa fusión. Presta atención a los beneficios del coaching.
La prevención de la salud y la contribución de un coach
En primer lugar, has de tener en cuenta que la osteopatía es una disciplina de la medicina alternativa que ayuda sanar el cuerpo a partir de las técnicas manuales. En resumidas cuentas, las manipulaciones osteopáticas pueden mejorar la salud, siempre que partan de un análisis concienzudo de los inconvenientes y unas técnicas depuradas.
Pero se equivoca quien piense que las mejorías que puede reportar el trabajo de un osteópata dependen solo de lo que hagan sus manos en una sesión de prevención o rehabilitación. Una de las máximas de la osteopatía es la de tratar el organismo como una unidad. Las estructuras y funciones del cuerpo están interconectadas, lo que implica que lo físico y lo mental se influyen recíprocamente. Esta simbiosis tiene evidentes efectos en nuestra salud.
En este sentido, el osteópata puede aportar sus conocimientos y su experiencia, pero unos buenos resultados, en la gran mayoría de ocasiones, dependen también de la involucración del paciente. Sin la segunda, los resultados podrían no ser los esperados. Así que la figura del especialista en osteopatía, para ser verdaderamente efectiva en la prevención de la salud, debe proyectarse como muy persuasiva hacia el paciente.
Decimos persuasiva, en el sentido de que inspire confianza. Una confianza que ayude al paciente a involucrarse durante todo el proceso de cambio, ayudándole y acompañándole a encontrar claridad, descubrir su máximo potencial y las respuestas necesarias para que la persona pueda realizar los cambios oportunos en su contexto de vida que le ayuden a mejorar su salud. Es en este contexto en el que tenemos que enmarcar la figura del osteópata que, asimismo, ejerce de coach.
Los beneficios del coaching dentro de la osteopatía
Una vez introducida la necesidad del coach en este ámbito, es el momento de trasladarse al terreno de la práctica para constatar de qué maneras concretas ayuda. ¡Toma nota de los siguientes ejemplos!
Un primer aprendizaje
Un osteópata se caracteriza por hacer un recorrido didáctico acerca de sus sesiones de trabajo. Acompaña cada una de sus aplicaciones de una explicación que permite entender al paciente qué zonas está movilizando y qué efectos está provocando. De esta manera, el paciente va a comprender qué estructuras corporales intervienen en sus problemas y de qué modo pueden evolucionar favorablemente.
Un cuestionario profundo
Pero el valor añadido de las técnicas de acompañamiento comienza cuando el coach realiza una serie de preguntas sobre su vida al coachee (paciente). No se trata de las típicas preguntas para formalizar el historial clínico, que también son relevantes, sino de otras más generales. Son cuestiones relacionadas con las mentalidades, comportamientos, y los hábitos personales. Se revelan como un primer campo de trabajo para sacar conclusiones que deberán ser puestas en práctica.
La detección del estrés y de la ansiedad
En la línea de considerar cuerpo y mente como una unidad estructural y funcional, es fundamental identificar si alguna problemática de origen psicológico está comprometiendo la integridad física. En este aspecto, recordamos que nuestras sociedades actuales se caracterizan por sus dinámicas agobiantes y alienantes. Por lo tanto, un buen coach va a buscar los cuadros de estrés y ansiedad en el paciente a través de preguntas, para después poder acompañarle en el proceso de cambio, al mismo tiempo que con la osteopatía, nos centraremos en tratar el síntoma.
¿Cómo el malestar psicológico influye en el físico?
Una vez reconocidas las circunstancias que están tensionando al coachee (paciente), se trata de ayudarle a ver a través de preguntas qué incidencias están teniendo en sus lesiones físicas o estados emocionales. El coach va a analizar con él ámbitos tan determinantes como el trabajo, la familia o la pareja, entre otras. De esta forma, extraerá conexiones entre los dolores padecidos y las posibles sobrecargas que se estén dando en estos contextos. Su misión es demostrar que algunas malas costumbres se están somatizando.
El éxito del acompañamiento
El objetivo principal es que el acompañamiento del coach, que ejerce también como osteópata, acabe capacitando al coachee (paciente) para ayudarle a encontrar soluciones por si solo delante de determinadas situaciones que le provocan estrés y mala salud. No basta con reconocer dónde y cómo se está produciendo la tensión. Ahora que se tiene identificada, es el momento de actuar sobre ella y comenzar a observar, gradualmente, la evolución positiva del cuadro. Tiene que existir confianza entre las partes para que el feedback sea eficaz y genere responsabilidad y motivación en el paciente que le ayude al mismo tiempo a involucrarse y cambiar ciertos contextos de su vida que no le están ayudando.
En definitiva, coaching y osteopatía complementan sus recursos para ofrecerte una vía personal hacia el bienestar físico y mental. Solo tienes que dejarte asesorar por el osteópata y seguir sus consejos con coherencia y constancia.
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